MONUMENTO A LA PANDORGA
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Escultura de López-Arza, que representa una figura masculina, campechana, sonriente y con traje típico, para simbolizar y petrificar el momento histórico de la fiesta más querida por adultos, niños y sobre todo jóvenes: La Pandorga.
Ciudad Real se definía por su carácter agrícola, y la cosecha se convertía en la principal fuente de abastecimiento de las familias. Por ello, todos los 31 de julio solían hacer una pequeña ofrenda a la patrona, generando un ambiente, que acompañado de música y baile acabaría en lo que hoy se considera una verdadera fiesta local.
Como pequeño acercamiento al origen de esta fiesta, el escultor refleja diferentes actitudes plasmadas en distintos relieves, que junto a la escultura crean una atmósfera costumbrista.
En uno de ellos se representa en bajorrelieve la imagen de ofrenda a la Virgen del Prado. Los otros muestran dos imágenes de baile (fandanguillos y seguidillas), recreadas a partir de fotografías que sirvieron de modelo al autor.