Pertenece al siglo XVI, y es es tercer convento que se levantó en la ciudad. Su fachada es sencilla y destaca la piedra roja, muy característica de las construcciones tradicionales canarias.

La iglesia contiene mudéjares, importantes obras de imaginería y orfebrería, así como el mural inacabado de Pedro de Guezala, y los frescos de Mariano de Gossío.

La casa contigua a la iglesia era el convento. En el siglo XIX se convierte en casa parroquial, en cárcel eclesiástica y en seminario diocesano.

Actualmente acoge dependencias municipales.

IGLESIA Y EX-CONVENTO DE SANTO DOMINGO DE GUZMÁN